«Los
demás animales no pueden tener derechos porque no pueden contraer
obligaciones». Ignoro hasta dónde alcanzan las fronteras de está
tan estrecha concepción de la moral, pero en lo tocante a los
nohumanos resulta reflejar una mentalidad en alto grado acostumbrada.
La respuesta tradicional e inmediata apela al argumento de los casos
marginales:
si los derechos estuvieran sujetos a obligaciones, entonces ni los
niños pequeños, ni los ancianos seniles, ni las personas con
fuertes discapacidades psíquicas podrían tampoco contar con su
respaldo. Por lo común, el alegato sacude de tal forma la intuición
de las personas que su recurso acaba resultando conclusivo. Sea como
fuere, esta visión moral de tipo contractualista plantea a mi
entender otra serie de problemas a cuya evaluación deseo entrar en
lo que sigue.
viernes, 22 de julio de 2016
martes, 12 de julio de 2016
Vergüenza
Vergüenza, sí. Eso es lo que vengo experimentando estos días a raíz de algunas de las reacciones "animalistas" suscitadas tras la noticia de la muerte del torero
Víctor Barrio. ¿Cómo diablos se puede pretender un mundo más
sensible y empático al mismo tiempo que se vitorea una tragedia como esa? ¡Estamos hablando de una muerte, por amor de Dios! La
desaparición de una vida irrepetible e irreemplazable, junto con sus
recuerdos, ilusiones, amores y esperanzas. ¿Es que nos
hemos vuelto locos?
lunes, 4 de julio de 2016
Peces: inteligencia, sintiencia y ética
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